jueves, 28 de abril de 2011

Cine latinoamericano: un nombre en desuso Por Ulises Ramírez a propósito del Narco

Actualmente al menos la mitad del cine chileno es producto de coproducciones o con países latinoamericanos o con países europeos. Este fenómeno es producto de una serie de mecanismos mucho más profesionalizados en la región para afrontar el tema de la producción y distribución del cine, entre los cuales el aval del Estado de Chile ha jugado un papel fundamental.

Entre los aportes del Estado se puede mencionar iniciativas exitosas tales como: Fondo Nacional para el desarrollo de las Artes (FONDART), administrado por el Ministerio de Educación y dependiente de la División de Cultura y de las Secretarías Ministeriales de Educación. Hasta esta fecha el FONDART ha financiado 2.931 proyectos, equivalentes a más de 10 mil millones de pesos en las áreas de Plástica (pintura, escultura, fotografía y afines), Artes Audiovisuales (cine y video), Teatro, Danza, Música y Artes Integradas.

Por otra parte, la Ley de Fomento Audiovisual contempla la creación del Consejo del Arte y la Industria Audiovisual, el que estará integrado en su gran mayoría por cineastas, documentalistas, guionistas y productores, cuya misión es asistir al Gobierno en la elaboración de una política de desarrollo estratégico para el sector y administrar un fondo concursable de más de mil 500 millones de pesos. Además, la ley fomenta, a través de programas y subvenciones, la promoción de la producción audiovisual nacional, así como su comercialización nacional e internacional, con cargo al Fondo de Fomento Audiovisual (creado en el marco de esta misma ley).

Existe también, un “Convenio de Integración Cinematográfica Iberoamericana, IBERMEDIA” (1989) el que ha facilitado y normado la coproducción cinematográfica entre los países firmantes, ésta representa una de las instancias de promoción de la coproducción más importantes que existen y tiene un carácter de convenio marco, por lo que con su firma, ya se encuentra cubierta toda la región iberoamericana.

Finalmente, las acciones del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Secretaría General de Gobierno han favorecido la difusión internacional, con numerosas muestras de cine chileno en todo el mundo y la presencia de obras y creadores en importantes eventos.

Este marco normativo ha sido el causante del aumento en la producción de una industria que hasta hace ocho años no estrenaba más de 4 a 5 películas anuales y que durante el 2004 tuvo 21 estrenos (entre ficción y documentales).

Una coproducción es una asociación de derecho privado entre productoras en la cual existe una serie de términos y normas preestablecidas y que se circunscribe a un proyecto. La distribución de las ganancias y los márgenes de influencia están establecidos por el capital aportado y en donde el director es un empleado de la productora. Es necesario entender que la coproducción no es sólo un esfuerzo creativo, de productores o de creadores sino también un entendimiento en los aspectos comerciales, de presupuesto, financiamiento y conquista de mercado, que es al fin el verdadero origen de la coproducción.

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