lunes, 28 de marzo de 2011

Veredas

VEREDAS

Por Vicente Garcia Remus. Taller de cerámica “Talavera Vázquez”

GUADALAJARA, JALISCO (15/AGO/2010).- En la calle Puebla de Dolores Hidalgo, el número 56 obedece a la maravillosa tienda llamada “Talavera Vázquez”, atrás de la tienda se encuentra el admirable taller de cerámica.

No pudimos resistirnos a sentarnos en el comedor del Museo José Alfredo Jiménez, saboreamos un café jarocho mientras apreciábamos los detalles del patio principal. Luego seguimos nuestro placentero paseo por la calle Guanajuato, y a corta distancia nos encontramos con una preciosa escuela, bajamos a un pasillo, donde seis peldaños suben al pórtico, delimitado por cuatro columnas cuadradas y de ladrillo aparente, al igual que el cornisamento, en el friso dice: “Escuela Josefa Ortiz de Domínguez”, por remate un frontón de arco rebajado con el perfil de doña Josefa, con su característico peinado, arriba un asta. A los costados del pórtico vimos ventanas verticales entre muros de ladrillo aparente, y a cada lado del referido pasillo, añejos árboles rodean a una bonita pila, elevada en tres niveles circulares. 

Pasamos el umbral de la entrada y saludamos al señor director en su oficina, a mano derecha, con libros, papeles, banderas, tambores, cornetas y balones. Nos asomamos al patio, de forma rectangular, y  liga con los salones, el espacio estaba animado por la desbordante alegría de varios niños, a un costado se repite similar edificación. En la huerta de la casa de Guille Vallejo, se construyó la escuela, la obra inició en 1921, por motivo de la celebración del centenario de la Consumación de la Independencia, nombrada “Centenario”, inaugurada el 22 de agosto de 1923, por el licenciado José Vasconcelos, ministro de Educación Pública. México a través de los siglos, cita: “Querétaro… tenía por regidor a don Miguel Domínguez, hombre distinguido por su saber, integridad y virtudes. La esposa del corregidor, doña María Josefa Ortiz, era el numen de la patria en las reuniones, que con pretexto de tratar asuntos puramente literarios, se efectuaban, unas veces en casa del presbítero don José María Sánchez y otras en la del abogado Parra”.

Caminamos una cuadra al sur, para llegar a la calle Puebla, donde fuimos cautivados por la tienda “Talavera Vázquez”, cada cuarto nos fue mostrando bellas piezas de cerámica, en repisas o colgadas de los muros, o de los techos: soles, lunas, platones, mascaras, lavabos, azulejos, pisos, vajillas, murales formados por azulejos, entre ellos la parroquia de Dolores y la virgen de Guadalupe, lámparas, jarrones, floreros, animales, tibores, cruces, galleteras en forma de gallina, alhajeros, portarretratos, y varias piezas más. Saludamos al señor Juan Vázquez y nos invitó al vibrante taller, donde un artesano estaba untando engobe a unas macetas, y cuatro movían sus pinceles, plasmando bonitas formas en la pieza que tenían, una artesana terminó su pieza y la puso en una repisa aledaña al horno.

En Talavera de la Reina, Toledo, España, los dominicos, con barros del río Tajo, esmaltes y bastante enjundia se convirtieron en maestros del oficio, y por ende en promotores, trasmitiendo en Puebla sus conocimientos. En Dolores, el cura Hidalgo, fue el impulsor de la alfarería y otros oficios. El barro negro y el blanco se mezclan en cantidades iguales, se amasa con los pies, se danza con el barro, después las piezas cobran vida por manos talentosas. Se secan en cierto tiempo (dependiendo de las arcillas), luego se hornean por unas horas. Para el esmalte se funden estaño, arenilla y plomo, para dar color crema. Se mueven los pinceles con varios minerales, manifestándose la sensibilidad de cada artista y se hornea nuevamente por otras horas a alta temperatura (1035 grados centígrados).
La casa artesanal “Talavera Vázquez”, ha logrado prestigio por cuatro generaciones, su fundador fue el señor Felipe Vázquez Gutiérrez. Su slogan reza: “Nuestros productos se fabrican y decoran a mano, la irregularidad que presentan acentúa su belleza”.           

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